lunes, 18 de abril de 2011

-Dragostea (CMYK) Recopilación de literatura sobre los excesos


Serie: Breves intentos (poesía, cuento, ensayo)
Fecha de publicación: Enero, 2011
Páginas: 38
Dimensiones: 21.5 x 27.5 cm

Néstor Málaga

Ciencia Abstracta

No me convencen las elevadas teorías
que exponen prestigiosas revistas de academia
basadas en éticos estudios
en razonables logaritmos de la lógica y que
bajo la aséptica tendencia de algún yugo
explican desde su equilátera conciencia
el minúsculo resumen de un origen
la simpleza de dar a cada cosa un atributo.

Cuánta vejiga natatoria, cuánto vuelo migratorio
qué increíble fórmula matemática
con números de incoercible misterio
tratando de narrar bajo una hipérbola
el salto de un guepardo sobre el tímido impala
la danza que abrazan las abejas en su prehistórico
panal
para que luego toda la ciencia disponible las compare
con el sentido antihorario de las agujas de un reloj.

Por esto es que las cosas pronuncian su silencio:
las caracolas embarazan de tanto mar su vientre
los tomacorrientes, las cerraduras, los hormigueros
con su oficio de hacer más grande el universo
y la memoria renegando un deja vu
o la luna girando alrededor de un eje eléctrico
en su traslación tan astronómica, científica y salvaje
se desviste de tanta noche y nos hace un striptease.

Instrucciones para salvar la muerte

Antes de colgar tus manos en un lugar visible
quítate los dientes con suavidad, no sangres mucho
tócate el sexo con modos tiernos y felices
como si de un pez se tratase, tócalo
y luego devuélvelo al agua.

Haz este acto frente a un espejo y sonríe un tiempo,
que no te quepan dudas de la muerte.

Deja los ojos en un vaso como material postizo
deja la lengua congelada y anda a quitarte los pies,
la piel es amplia y demora un poco
pero siempre un cigarro dura lo suficiente en la boca.

No seas escrupuloso con las vísceras,
no las ordenes, échalas todas al tacho,
el hígado resbala de las manos y el cerebro es friable,
la ultima sístole siempre conmueve algo,
pero no temas
nada de eso fuiste.

Coloca el vaso en la ventana, observa tu último paisaje:
es preferible el mar, pero si no es posible
observa una simple avenida o cualquier otro horizonte,
pero no olvides de colgar tus manos en un lugar visible
con las últimas palabras que escribiste en una hoja.

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